Ya he dicho varias veces que me habitan numerosos personajes y que los dejo hablar.
Que soy una en muchos o muchos en una.
Puedo aparecer pretenciosa, cursi, rebuscada, cínica, romántica, guarra o críptica.
Pido disculpas porque, en realidad, escribo para mí; según mis ganas, mi ánimo o el pulso interno que, inexplicablemente, en ocasiones sintoniza con quienes me leen.
Escribo según el talante o el humor del personaje que emerge.
Y cuando comencé este post iba a hablar de fútbol, de la Selección y de Maradona. La Futbolera tenía ganas de reivindicar su derecho a opinar, pero resulta que me entretuve conversando sobre la Resistencia francesa, los maquis y Jean Moulin, sobre Miguel Hernández y su cara que, según me hizo notar M., es asimétrica -“su costado derecho es víctima, el izquierdo es fuerza” fijate, dijo.
Entonces La Cacho se fue con la cola entre las patas (o la pelota bajo el brazo, mejor dicho) para darle paso a esa otra que, en las dos caras de Hernández, se cuestiona sobre las múltiples caras que ella misma tiene y que le escriben sin pedir permiso.
··º··
¡Crearme, recrearme, vaciarme hasta/ que el que se vaya muerto, de mí, un día,/ a la tierra, no sea yo…!
Juan Ramón Jiménez.
Que soy una en muchos o muchos en una.
Puedo aparecer pretenciosa, cursi, rebuscada, cínica, romántica, guarra o críptica.
Pido disculpas porque, en realidad, escribo para mí; según mis ganas, mi ánimo o el pulso interno que, inexplicablemente, en ocasiones sintoniza con quienes me leen.
Escribo según el talante o el humor del personaje que emerge.
Y cuando comencé este post iba a hablar de fútbol, de la Selección y de Maradona. La Futbolera tenía ganas de reivindicar su derecho a opinar, pero resulta que me entretuve conversando sobre la Resistencia francesa, los maquis y Jean Moulin, sobre Miguel Hernández y su cara que, según me hizo notar M., es asimétrica -“su costado derecho es víctima, el izquierdo es fuerza” fijate, dijo.
Entonces La Cacho se fue con la cola entre las patas (o la pelota bajo el brazo, mejor dicho) para darle paso a esa otra que, en las dos caras de Hernández, se cuestiona sobre las múltiples caras que ella misma tiene y que le escriben sin pedir permiso.
··º··
¡Crearme, recrearme, vaciarme hasta/ que el que se vaya muerto, de mí, un día,/ a la tierra, no sea yo…!
Juan Ramón Jiménez.